LINAJE BARRECHEGUREN / GARCIA
1425-1905
Nota previa importante. Así nos dice Txetxu:
Te remito un linaje de mi familia el cual
tiene una característica importante ya que se divide en dos. Dos familias una con residencia en Granada con un
final un tanto "rocambolesco" ya que los
dos últimos familiares padre e hija, están en proceso de canonización en Roma y
la otra de Okondo.
I.- LUIS
BARRECHEGUREN, Barrecheguren, linaje de
Araba, cuya primitiva casa solariega estuvo en la feligresía de Santa María de
Untza. Derruida la casa matriz, pasaron sus descendientes a la torre armera de Gaztiartu,
el cual viene siendo considerado como la cuna de este linaje. Es en Okondo,
Territorio Histórico de Araba, hacia el año 1425, cuando aparece el primer
Señor de esta casa de Barrecheguren, llamado Luis Barrecheguren.
Se desconoce cuando y con
quien contrajo matrimonio, conociéndose que su hijo, fue:
II.- TOMÁS
BARRECHEGUREN, natural de Okondo, Territorio Histórico
de Araba, nació alrededor del año 1450, contrajo
matrimonio con María Gastiartu Urdanegui (.....-......), hija
de........................ y............................
Fruto de este matrimonio,
es:
III.- SEBASTIÁN
BARRECHEGUREN GASTIARTU, nacido en Okondo, Territorio
Histórico de Araba, hacia el año 1477, quien casa con Francisca Ybargoiti
Larrinaga (........-........), hija de..................................
y...............................
De esta unión
matrimonial, nació:
IV.- PEDRO
BARRECHEGUREN YBARGOITI, natural del municipio de Okondo,
Territorio Histórico de Araba, nació el día 18 de enero de 1501. Se unió en matrimonio, con señora de primer apellido Unzaga, desconociéndose
su nombre, segundo apellido, lugar y año de nacimiento.
Este matrimonio tuvo como
descendencia a:
V.- CARLOS
BARRECHEGUREN UNZAGA, nació el día 26 de julio de 1521, en el
municipio de Okondo, Territorio Histórico de Araba. Casó con Inés Landa Aracama,
nacida en Okondo, el día 21 de enero de 1522, hija de..........................
y............................
Carlos e Inés, son padres
de:
VI.- SEBASTIAN
BARRECHEGUREN LANDA, natural del municipio de Okondo,
Territorio Histórico de Araba, nació el día 20 de enero de 1543. Contrajo matrimonio con Antonia Urrarria
Arlegui (1548), hija de..........................
y............................
El hijo de Sebastián y
Antonia, fue:
VII.- ANDRES
BARRECHEGUREN URRARRIA, nacido el día 24 de julio de 1569,
en Okondo, Territorio Histórico de Araba, quien casa con Francisca Unzabe
Escalza, nacida el día 04 de octubre de 1570, hija
de............................... y..................................
De este matrimonio hubo
el hijo:
VIII.- JUAN
BARRECHEGUREN UNZABE, nació el día 22 de julio 1601, en el
municipio de Okondo, Territorio Histórico de Araba. Se unió en matrimonio con
Isabel Beraza Irabaien, nacida en Okondo, el día 06 de julio de 1607, hija
de.......................... y.......................................
Juan e Isabel son padres
de:
IX.- FRANCISCO
BARRECHEGUREN BERAZA, natural del Concejo de Zuhatza,
municipio de Aiara, Territorio Histórico de Araba, nació el día 16 de abril de
1626. Casó con Mariana Ulibarri Alday,
nacida en el Concejo de
Arespalditza, municipio de Aiara, el año 1626, hija de.......................
y.................
Este matrimonio tuvo como
descendencia a:
X.- BENTURA
BARRECHEGUREN ULIBARRI, nacido el año 1661, en el Concejo
de Zuhatza, municipio de Aiara, Territorio Histórico de Araba, contrajo matrimonio con María Escarza (ga) Larrazabal, natural de
Zaldu-Gordexola, nacida el año 1666, hija de.....................
y........................
Bentura y María, tuvieron la descendencia
siguiente:
Domingo Beracheguren Escarsaga (26/12/1686)
Domingo Barrecheguren Escarçaga (10/12/1690)
Bentura Barrecheguren Escarçaga (06/06/1696)
Martín Santos Barrecheguren Escarçaga (01/11/1697)
Manuel Barrecheguren Escarzaga (06/01/1700)
Agustín Barrecheguren Escarzaga (29/08/1701)
Ygnacio Barrecheguren Escarzaga (01/02/1704)
María Benita Barrecheguren Escarzaga (22/03/1703)
XI.- Juan Barrecheguren Escarza (28/12/1707)
Pedro Barrecheguren Escarzaga (20/10/1711)
XI.-
JUAN BARRECHEGUREN ESCARZA, nació el día 28 de diciembre de 1707, en el Concejo
de Zuhatza, municipio de Aiara, Territorio Histórico de Araba. Casó el 01 de febrero de 1734, en la
iglesia de Santa Marina, con María Basualdo Ybarguren, natural
de Zuhatza-Aiara, nacida el día 11
de marzo de 1708, hija de Diego Basualdo Alexandre y Casilda Ybarguren
Otaolaurruchi.
En esta unión
matrimonial, hubo l@s hij@s siguientes:
XII.- Domingo Antonio Barrecheguren Basualdo (12/02/1735)
Zelestina Francisca Barrecheguren Basualdo (23/05/1737)
Juan Joseph Barrecheguren Basualdo
(17/03/1744)
Francisco Antonio Barrecheguren
Basualdo (09/01/1747)
María
Concepción Barrecheguren Basualdo
(*) (08/12/1749)
(*)
Es a partir de ésta, cuando se conforma el Linaje Barrecheguren- Urquijo
XII.-
DOMINGO ANTONIO BARRECHEGUREN BASUALDO, natural del Concejo de Zuhatza,
municipio de Aiara, Territorio Histórico de Araba, nació el día 12 de febrero
de 1735.
Contrajo
matrimonio, en
Okondo, el día 16 de octubre de
1757, en la iglesia de Santa María de Untza, con María Manuela Eguia Otaolaurruchi, nacida en Okondo, el día
21 de julio de 1732, hija de Andrés Eguia Urrarria y Marina Otaolaurruchi
Ybarguen.
Domingo Antonio y
María Manuela, tuvieron la descendencia siguiente:
María Manuela Barrecheguren Eguia (07/11/1758)
Joseph Antonio Barrecheguren Eguia (21/08/1761)
María Josefa Barrecheguren Eguia (02/10/1764)
María Dominica Barrecheguren Eguia (05/07/1767)
María Benita Barrecheguren Eguia (19/05/1770)
XIII.- Juan Manuel Barrecheguren Eguia (06/05/1773)
XIII.- JUAN
MANUEL BARRECHEGUREN EGUIA,
nacido el día 06 de mayo de 1773, en el municipio de Okondo, Territorio
Histórico de Araba.
Se unió en matrimonio, el
día 18 de junio de 1798, en Okondo, en la iglesia
de Santa María de Untza, con Dominga Ramona Abasolo Retes, natural
de Okondo, nacida el día 05 de agosto de 1777, hija de Juan Abasolo Olabarrieta
y Paula Retes Urquijo.
De este
matrimonio, hubo l@s hij@s siguientes:
Francisca Ramona Barrecheguren Abasolo (19/04/1799)
Manuela Zeferina Barrecheguren Abasolo (26/08/1801)
Manuel Ramón Barrecheguren Abasolo (18/11/1803)
Josef Justo Barrecheguren Abasolo (28/05/1805)
Juana Eusebia Barrecheguren Abasolo (14/08/1806)
Francisca Saturnina Barrecheguren
Abasolo (11/02/1808)
María Ramona Barrecheguren Abasolo (15/04/1809)
XIV.-Domingo
Valentín Barrecheguren Abasolo
(10/11/1810)
Ramón Tomás Barrecheguren Abasolo (25/02/1813)
Josefa Gabriela Barrecheguren Abasolo (19/03/1817)
XIV.- DOMINGO
VALENTIN BARRECHEGUREN ABASOLO, natural del municipio
de Okondo, Territorio Histórico de Araba, nació el día 10 de noviembre de 1810.
Contrae matrimonio con María Concepción
Santalo Manyalich, nacida en
Granada el día....de......de.......,
hija de Joan Santalo Piferrer e Ignacia Manyalich Cos.
Domingo Valentín
Barrecheguren Abasolo y María Concepción Santalo Manyalich, fueron padres de
ocho hij@s entre los que se encuentra;
XV.-
Valentín Manuel Barrecheguren Santalo (00/00/1853)
María Dolores Barrecheguren Santalo (29/05/1869)
XV.- VALENTIN
MANUEL BARRECHEGUREN SANTALO, nacido en la Ciudad de
Granada, el día... de..... de......... Casó con Manuela Montagut Brugueras, nacida en
Granada el día....de......de......., hija
de....................... y..............................
Este
matrimonio, tuvo l@s hij@s siguientes:
Carmen Barrecheguren Montagut ( /
/ )
Manuela Barrecheguren Montagut (
/ /1877)
XVI.- Francisco
Barrecheguren Montagut
(21/08/1881)
XVI.- FRANCISCO
BARRECHEGUREN MONTAGUT (**), nació el 21
de agosto de 1881 en Lérida. Su
origen paterno era vasco y el materno catalán. Cuando tenía sólo 11 meses muere
su padre Manuel; y a los cinco años la muerte le arrebata también a su madre
Manuela. Al quedarse huérfano y sin familia en Lérida (pues Manuela era hija
única), sus tíos le llevan a Granada. Y en ella vivirá casi toda su vida. En su
Curriculum vitae hace esta reflexión conmovedora sobre su infancia: “No puedo
decir, pues, el sabor que tienen los besos de la madre ni las caricias de un
padre”
De 1892 a 1897
hizo sus estudios de Bachillerato en el colegio de los Jesuitas de El Palo, en
Málaga, coincidiendo en el tiempo y en el colegio con Ortega y Gasset.
En 1904 contrae matrimonio con Concha García Calvo. Y un año después nace su única hija, el
27 de noviembre del 1905. Conchita será una flor que el divino jardinero
trasplantará, en plena lozanía, a los jardines del cielo. Será una fecha que
nunca olvidará Francisco: el 13 de mayo de 1927.
Conchita murió en
olor de santidad y su Proceso de Canonización, que comenzó en Granada en 1938,
está ya en Roma. ¿Fue santa porque tuvo un padre santo? Eso decía la gente.
Francisco dirá, con gran humildad, que fue ella, Conchita, la que con su
santidad influyó mucho en su vida cristiana. El hecho es que los dos son santos
y que mutuamente debieron ayudarse para llegar a la santidad. Los dos pueden
ser modelos y protectores de las familias cristianas.
En 1937 muere la esposa de Francisco, de la que estaba profundamente enamorado; y no era para
menos. D. Marino Antequera García, profesor de Historia del Arte, escritor,
periodista y conocedor como pocos de Granada y sus gentes, dice en el Proceso
de Canonización de D. Francisco: “Su novia era una mujer guapísima y
hermosísima; vamos, yo, artista toda mi vida, puedo testimoniar que era una
verdadera estatua de belleza. Una mujer extraordinaria. Se le volvió loca. Era
también una mujer muy buena y claro la pérdida de ella suponía para Paquito un
golpe tremendo, siendo además, como él era, muy afectuoso”. Y de D.
Francisco afirma lo siguiente: “Sus notas predominantes eran: bondad,
sencillez, candor. La virtud sobresaliente en él fue la humildad; fue un hombre
que de nada presumió en la vida. Como hombre era sencillo, enteramente como un
niño. Conmigo estrechísimo; él era de suyo afectuoso y cariñoso con todo el
mundo. Como cristiano, santo, santo de verdad”.
A los 65 años
entra como Postulante con los Misioneros Redentoristas de Granada y el 24 de agosto de 1947 hace su profesión religiosa
en Nava del Rey, Valladolid. Dos años después, el 25 de julio de 1949, será ordenado sacerdote en Madrid.
Vuelve a Granada
en el verano de 1949. Dedicará todo su tiempo al ejercicio sacerdotal de
celebrar la Eucaristía en el Santuario del Perpetuo Socorro y en el Carmen de
Conchita, llevar comuniones a los enfermos, dirigir el rosario con el pueblo,
llevar la abundante correspondencia del Proceso de Canonización de su hija
Conchita. El 7 de octubre de 1957, tiempo
de recolección de los frutos maduros, vino el dueño de la mies y encontró a
Francisco maduro para ser recogido en los graneros del Reino de los cielos; y se lo llevó.
Francisco
Barrecheguren fue modelo de esposo, de padre, de educador, de religioso, de
hombre que supo cargar con la cruz y llevarla con valentía y alegría, con la
sonrisa siempre en el rostro y una palabra cariñosa y alentadora en los labios.
¡Qué buen modelo, con su hija Conchita, para formar un hogar cristiano!
El Proceso de Canonización de Francisco lo inicia en
Granada en 1993 el Señor
Arzobispo D. José Méndez y lo clausuró, en su fase diocesana, el 17 de julio
del 1994. Es el proceso más corto en Granda en su fase diocesana. El 24 de
marzo de 1995 aprobó dicho Proceso la Congregación para la Causa de los Santos.
El 29 de noviembre
de 1996 se trasladan los restos del P. Barrecheguren del panteón de la Familia
Barrecheguren en el cementerio de Granada a la Iglesia de los Redentoristas.
Son muchos los cristianos que visitan su sepulcro en el Santuario de Nuestra
Señora del Perpetuo Socorro y se encomiendan a él. Y son también muchos los que
confiesan que han sido atendidas sus peticiones.
Francisco y Concha,
fueron padres de:
XVII.- CONCHITA
BARRECHEGUREN GARCIA (**), nace en Granada
el 27 de noviembre del año 1905. Su padre, Francisco Barrecheguren
Montagut, es de Lérida y desciende de una familia vasco-catalana. Su madre,
Concepción García Calvo, es granadina.
Conchita fue bautizada en la Parroquia del
Sagrario de la Catedral de Granada el 8 de Diciembre de 1905. Era la fiesta de
la Inmaculada. La niña recibirá con las aguas bautismales, el nombre de la
Virgen: Maria de la Concepción del Perpetuo Socorro.
La vida de
Conchita fue breve. No llegó a cumplir veintidós años -más exactamente, veintiún
años, cinco meses y dieciséis días-. Pese a ello, fue tiempo más que
suficiente, para hacerse y construirse como mujer -como mujer cristiana-, y
para desarrollar sus cualidades. Supo utilizar su tiempo y vivirlo
intensamente.
Al regreso de un
viaje a Lisieux, octubre 1926, una leve ronquera es el anuncio de la
tuberculosis. Poco a poco, la enfermedad mina la frágil naturaleza de Conchita
y los médicos aconsejan que se le traslade al Carmen, que tiene la familia
Barrecheguren junto a los bosques de la Alhambra. Se confía en que los aires
frescos y puros, que allí llegan con más facilidad desde la Sierra Nevada,
puedan frenar el avance de la enfermedad y ayudar a la respiración de la
enferma.
A la dureza de la enfermedad, se añade la
dificultad del tratamiento. La tuberculosis es poco conocida para la medicina
de entonces. Por eso, prácticamente, sólo cabe aliviar las molestias que causa.
El desarrollo de la enfermedad de Conchita, y de los sufrimientos que la
acompañan, provocan la admiración de quienes la conocieron. Un asombro que
surge no tanto de contemplar el dolor mismo, sino del modo en que Conchita,
sabe sacar fuerzas de flaqueza, para hacerle frente. Ahí se hizo constatable la
maravilla de su calidad humana y de la seguridad de su fe. La fe de Conchita
sabe descubrir que los planes de Dios no son los suyos, que tiene que aceptar
que su vida, y su modo de seguir a Jesucristo y de estar en la Iglesia, es el
laical. Un estado no inferior al religioso o clerical. Al contrario, el estado
común de los bautizados y el mismo que vivió el Señor Jesús.
Conchita es un fruto de la Iglesia y, sin la iglesia, sería
imposible hablar de la ella. Hoy, su recuerdo sirve para manifestar la
vitalidad eclesial. En ella se dan dos elementos ampliamente reforzados por el Concilio
Vaticano II: la importancia de los laicos en la vida de la Iglesia y su
participación, por el Bautismo, en el sacerdocio de Cristo (cf. LG 10).
La sencillez de
Conchita y su ser cristiana del montón, es un testimonio actual. Ella aparece
como una parábola de Evangelio, para quien quiera intuir otras posibilidades de
vida y felicidad. Su fe inquebrantable y su fidelidad, no dejan de sorprender.
Lo extraordinario
de Conchita es su vida ordinaria y común; pero, además, hay dos cosas
específicamente singulares en ella y que le hicieron llamar la atención de
quienes la conocieron: Su modo de aceptar y afrontar la cruz y su alejamiento
del mundo y de todo lo que pudiera distraerla de su proceso de crecimiento
espiritual. Eso, ciertamente, no pasó desapercibido.
Murió el 13 de Mayo de 1927. No buscó, ni vivió cosas llamativas.
Simplemente fue cristiana. Con su fe, respondió a las dificultades cotidianas y
a los desafíos que se le presentaban. Quienes la conocieron, supieron estimarla
y pensaron que estaban ante una persona especial, extraordinaria y santa.
Para todos era evidente su fe. Su persona fue como una presencia que, discreta
y débil, se echa en falta cuando, de forma inesperada, desaparece. Eso ocurrió
con ella. Los amigos y conocidos de Conchita, descubren, poco a poco un
atractivo que, hasta entonces, les había pasado desapercibido. Ella tenía algo
que les empieza a servir de referencia. Sus pocas palabras y su modo de
afrontar la vida, se convierten en un estímulo. Nunca nadie -ni Conchita, ni sus
padres, ni sus amigos-, pudieron pensar que la fragilidad y debilidad de
aquella niña iba a despertar tanta admiración e interés después de su muerte.
Se trata de una notoriedad que no decae, al contrario. La gente sigue
recordándola y admirándola. La muerte de Conchita puso en marcha un revuelo que
se extiende con inusitada rapidez. Por toda Granada se habla de Conchita, mucha
gente empieza a pedir fotos y pronto aparecen sus escritos, que comienzan a
leerse, primero en un círculo cercano y, después, son publicados.
La Causa de Beatificación y Canonización de Conchita, se
inicia el 21 de Septiembre de 1938, introducida por el Cardenal Parrado, Arzobispo de Granada, y se
clausura, en su fase diocesana, el 7 de Noviembre de 1945. El 9 de Febrero de
1956, el Papa Pio XII aprobó el juicio sobre sus escritos y declaró que en
ellos no existe cosa alguna que sea obstáculo, para proseguir su proceso de
Beatificación y Canonización.
En 1977, desde
Roma, se pide que se realice un proceso supletorio diocesano sobre Conchita,
para completar el que ya se había hecho entre 1938 y 1945. En esta ocasión
comparecen ante el tribunal veintitrés testigos, que completan -más de
cincuenta años después de la muerte Conchita-, los datos que se tenían de ella
y aseguran cómo su fama de santidad se mantiene a pesar del transcurso de los
años. Este proceso se clausura, un año después, en 1979, y el 24 de Abril de
1992, se expide el Decreto de validez de los Procesos Ordinario y Supletorio, y
lo firma el Cardenal Prefecto de la Congregación para la Causa de los Santos.
Después de la
muerte de Conchita, su padre, D. Francisco Barrecheguren, cuando que quedó viudo y solo, en Junio de 1945, decide
ingresar en la Congregación de los Misioneros Redentoristas. Al concluir el año
de Noviciado, emite los votos religiosos el 24 de Agosto de 1947. De ahí pasa a
estudiar teología y a prepararse para la Ordenación Sacerdotal, que ocurre el
25 de Julio de 1949. Cuando sea sacerdote, los superiores tendrán el acierto de
destinarle a Granada.
P. Francisco Barrecheguren, murió el 7 de Octubre de 1957 y su proceso
de Beatificación y Canonización se inicia en Granada en 1993. Sus reliquias se encuentran en el Santuario de
Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, desde el 29 de Septiembre de 1996, una vez
que fue aprobado su proceso de
Beatificación y Canonización,
por la Sagrada Congregación para
la Causa de los Santos, el 24 de Marzo de 1995.
Hay que reconocer en la Sierva de Dios, Conchita
Barrecheguren, a una mujer del siglo XX. De un tramo importantísimo del siglo
XX. Conchita resulta una referencia creyente y como seglar, dentro de la
Iglesia del siglo XX. Del siglo en que los laicos han cobrado y asumido su
protagonismo dentro de la Iglesia.
En un tiempo de
dificultad para creer, y, más aún, en nuestra realidad europea, Conchita hace
una oferta de fe decidida, confiada y segura. En un tiempo de crisis para la
institución familiar, Conchita es referencia del modo en que la familia
cristiana ofrece un espacio inmejorable de crecimiento, maduración, equilibrio
humano y transmisión de la fe. En un tiempo de crisis vocacional y de ausencia
de estima por la vida religiosa y sacerdotal, Conchita ofrece no sólo su
aprecio por dichos modos de vida, sino, sobre todo, el extraordinario fruto que
supone la vocación religiosa, sacerdotal y misionera de su mismo padre.
Hoy, Conchita, y
su padre, el Siervo de Dios Francisco Barrecheguren, son referencia de vida
familiar cristiana y juntos esperamos sean reconocidos y propuestos por la
Iglesia como modelos de vida cristiana.
Desde el 29 de
Noviembre del año 2007 las reliquias de Conchita se encuentran, junto a las de
su padre, en el Santuario de Ntra. Sra. del Perpetuo Socorro de Granada.
(**) Ambos, padre e hija,
están en la actualidad en “Proceso de Canonización”. Si se desea ver más sobre
esta pareja, padre e hija, existe una Biografía, sobre FRANCISCO BARRECHEGUREN
(Casado, padre, viudo, religioso, sacerdote), de editorial PS, siendo el autor
Juan Pérez Riesco.
Este estudio ha sido realizado por Txetxu Aurrekoetxea Urkixo.
Antonio Castejón. maruri2004@euskalnet.net puxaeuskadi@gmail.com www.euskalnet.net/laviana
|