Sobre Catalunya: Franco nunca se fue.
Publicado en Deia el 4 de
noviembre de 2017. Autora: Begoña Errazti.
(El subrayado o resaltado en color, son míos. Antonio Castejón).
La semana pasada tuve que
ir a Madrid por motivos laborales y
encontré una ciudad plagada de banderas
españolas en balcones y ventanas. Tras mi primera sorpresa por esa
rojigualda que me resulta más lejana que el planeta Plutón, pensé: es normal, es la suya.
Ese impresionante
espectáculo patrio me hubiera parecido estupendo si no fuera porque en España se suele utilizar la bandera
siempre contra alguien o algo, con especial obsesión por las naciones que,
aun no queriéndolo, formamos parte de ese Estado autoritario.
Mal asunto ese uso
agresivo y provocador; sobre todo, porque demuestra su incapacidad para ser
parte de un mundo en el que caben muchos
más pueblos e ideas (incluidos quienes estamos a la fuerza en esa España
que no ha superado la dictadura franquista). Franco nunca se fue: mandan sus
descendientes con disfraz de demócratas. Fuimos demasiado inocentes
al creer que aprenderían a respetar ideas y personas. Nos equivocamos
totalmente.
En nuestro país, la
violencia de la dictadura generó violencia y les vino muy bien al lograr una
representación en las instituciones que nunca hubieran tenido sin rentabilizar
el dolor de quienes decían defender. Esto, unido a las continuas mentiras y
manipulaciones, ahondó el enfrentamiento entre las fuerzas políticas vascas y
debilitó la defensa de los derechos nacionales vascos. Caímos en la trampa, por
eso estamos sin ningún viso de unidad de acción entre abertzales.
Ahora el primer objetivo es Catalunya.
Los y las políticas catalanistas y la ciudadanía continúan dando ejemplo de
civismo, generosidad y entrega en la defensa de sus derechos; lo contrario a la
ferocidad de los vergonzosos ataques españoles.
La prisión de los
miembros del Govern por defender el cumplimiento del programa electoral ganador
ha demostrado hasta dónde son capaces de llegar esos españolitos de charanga y pandereta que, como siempre ante los conflictos democráticos, optan por cargarse la libertad ideológica y
el derecho a la pluralidad política. A Sabino Arana
también le encarcelaron por rebelión y mira lo que fue capaz de organizar.
Si comparamos la prisa de
meterles a estos en la cárcel con los 800 del PP encausados por corrupción que andan
tranquilamente por la calle, o la infanta y su
marido, con pasaporte en Suiza, solo podemos llegar a la
conclusión de que es bochornoso e indecente. Por otro lado, los argumentos para
maltratarles y privarles de libertad son tan extravagantes como acusarles de
desobediencia (decidieron legal y legítimamente), acoso a las fuerzas de
seguridad (¿a un guardia civil armado?), insurrección, levantamiento…
¡Demasiado coincidentes con los intereses del Gobierno y de los partidos de
Madrid!
En todo esto, los medios
de comunicación españoles tienen una enorme responsabilidad al jalear y contar
lo que venga bien para bloquear el desarrollo de la república catalana. En ese
sentido, me resultó interesante una entrevista en este periódico a Elsa González, presidenta de la
Federación de Asociaciones de la Prensa de España, y que viene al hilo de todo
esto, pues defendía que la información es un derecho esencial, ya que de eso
dependen las libertades y la justicia y, de hacerlo mal, se corre el riesgo de
imponerse a la ética.
Atención a los próximos
tiempos en Catalunya donde es de prever que ganen los catalanistas el 21 de
diciembre, siempre y cuando la cuadrilla de Madrid no avance más en este golpe de
Estado encubierto y les impidan
participar en las elecciones. La unidad parece la opción con mayor sentido
común y oportunidad política.
Anima su valor pues, como
decía Publius Siro, quien vive constantemente en el miedo está cada día más
condenado.
Por la transcripción:
Antonio Castejón.
puxaeuskadi@gmail.com www.euskalnet.net/laviana
Una de las manifestaciones en Bilbao en favor de la nación catalana. Noviembre 2017
Antonio Castejón. puxaeuskadi@gmail.com www.euskalnet.net/laviana
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