Don Félix Ayo, sestaotarra, virtuoso violinista.
Estimado lector: Haga el favor de entrar en:
https://www.youtube.com/watch?v=vcVcTNSwQSE
y escuche durante sólo nueve minutos “Vivaldi - L'inverno - I Musici & Félix Ayo”
Eso, escucharle, es lo más importante que puede hacerse para comprender la grandez de don Félix Ayo,
sestaotarra nacido
en 1933 y afincado en Italia.
En el año 1983, 24-XI, se publicó en el diario El País esta crónica sobre
Don Félix, escrita por Manuel Muñoz. Leámosla para conocer bien a este bizkaíno
universal.
Nació
en Sestao (Vizcaya) y ahora tiene
50 años (en 1983). Ha hecho casi toda su carrera profesional en Italia, donde vive con su mujer, que es
inglesa, y sus dos hijos. Sus grabaciones de Vivaldi como solista con el conjunto I Musici han dado la vuelta al mundo y han batido récords de ventas, aunque desde hace unos
años se separó del grupo, del que fue fundador, porque prefería cambiar de
repertorio. Es, probablemente, el
violinista español más famoso del mundo y no suficientemente conocido en su
tierra. Sin embargo, y por razones laborales,
tiene pasaporte italiano.
"Pues
en un determinado momento", dice, me encontré en Italia, casado con una inglesa, y no hubiese
podido hacer nada si no me hubiese nacionalizado". No obstante, sus padres
viven en Bilbao (año 1983) y él los visita de cuando en cuando. Actúa con cierta frecuencia en España. Hace unas semanas tocó en Bilbao y después estuvo en Valencia,
dando dos conciertos con la orquesta municipal de esa ciudad. "Esto es
como lo de los toreros", comenta al término de un ensayo. "Siempre
sabes cómo entras, pero nunca cómo vas a salir". A pesar de sus años de
profesión, Félix Ayo continúa teniendo pánico al posible error de un segundo,
que puede echar por tierra muchos días de trabajo.
Utiliza
un violín obra de Guadagini, discípulo de
Stradivarius, de 1748, que podría valer ahora unos 10 rnillones de pesetas, y
que limpia cuidadosamente antes de colocarlo en su estuche. Su peculiar sonido,
junto con la orquesta I Musici, es familiar a muchísimos aficionados a la
música, que han escuchado siempre Las
cuatro estaciones en su célebre grabación.
Con I Musici ha grabado una cantidad ingente de obras de Vivaldi hasta que
decidió tocar otras cosas.
"Toqué
con I Musici", indica, "desde que
tenía 17 años hasta que cumplí los 34. Y los dejé por una razón muy simple. Era
muy importante lo que hacíamos y me gustaba mucho, pero creía que se había
cerrado el ciclo para mí. Era como comer pollo todos los días durante 17 años,
que por mucho que le guste a uno el pollo... Quiero decir que el barroco, que es lo que hacíamos, es un repertorio magnífico, pero lo habíamos tocado casi todo, y me planteé que hacer eso hasta los 70 años era demasiado. No
merece la pena".
Fundó
entonces el Quartetto Beethoven, de Roma,
con el que ha actuado en España de cuando en cuando, que se dedica
preferentemente al repertorio clásico y romántico, que ahora interesa
especialmente al violinista. En Valencia ejecutó precisamente una obra
romántica: el concierto para violín y orquesta de Max Bruch.
Pese a
todo, no ha abandonado el barroco, y la
grabación de la que está
más satisfecho es una muy reciente, la
integral de las sonatas y partituras para violín solo, de Bach, pese a que ha sido menos comercial que las de Vivaldi.
No sabe muy
bien por qué se afincó en Italia. Su carrera profesional vino así. A los 12 años tocaba con la Sinfónica
de Bilbao y a los 14 marchó con una
beca a París. "Me ocurrió que no pasé por Madrid, pues en caso contrario
es probable que me hubiese quedado". De París fue a Italia, donde estudió
en Padua con Principe, un profesor al que aprecia especialmente, y continuó su
carrera en ese país. Después le han hecho ofertas para quedarse en Madrid, pero
tiene su vida profesional hecha
en Roma, donde da clase en el Conservatorio de
Santa Cecilia. Probablemente me hubiese gustado vivir en Madrid más que en
Roma, pero mi vida ha sido así y no hay más que una".
* Este artículo apareció en la edición impresa del jueves, 24 de noviembre de 1983 (En El País, Madrid).
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En
diciembre de 1987 encontramos en El País otra crónica sobre don Félix, escrita
esta vez por Andrés Fernández Rubio. Transcribo seguidamente algunos de sus
párrafos:
Félix Ayo, un violinista condenado a 'Las cuatro estaciones'.
Félix Ayo…ha grabado tres veces Las cuatro estaciones, de Vivaldi. Uno de esos discos, con Ayo como violín solista
del grupo, I Musici, es un ejemplo de éxito de ventas de la música clásica, ya que se han vendido más de 10
millones de copias. El violinista, considerado
entre los primeros del mundo en música barroca, ha tocado miles de veces la
obra dichosa. "Ya me cansa", dice como si la pieza fuera un canto
rodado y él Sísifo al violín.
Mientras ensaya, Félix
Ayo vive la música: sus ojos se desorbitan, las pupilas corren a izquierda y
derecha y entre ostinato y ostinato nadie
diría que esas sorprendentes reacciones fisiológicas son producidas por algo
tan cadencioso y sereno como Vivaldi. El violinista tiene unos lejanos rasgos
vascos que sólo se diluyen cuando habla en un castellano muy musical,
propio de alguien que como él vive en Italia desde 1950
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En 1981 formó un dúo con la pianista Emma Jiménez (n. Sestao, y esposa de Joaquín Achúcarro).
14 febrero 2008, Bilbao: Actuó Félix en el Palacio
Euskalduna de Bilbao, junto a la Orquesta Sinfónica de Bilbao (BOS) el
Concierto para violín y orquesta de Gabriel Fauré (1845-1924). Fue la primera
vez que se interpretó en España.
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Si el lector desea escuchar a Don Félix Ayo en Las Cuatro Estaciones de Vivaldi, en
una grabación de 44 minutos, puedo hacerlo entrando en:
https://www.youtube.com/watch?v=wwBw_b-nIKM&t=8s
Sobre los ascendientes de Don Félix se trata en el apellido AYO_GETXO, en esta web.
Allí se cita a Félix en el apartado VII de la filiación titulada “DOS: Ascendientes del violinista de fama
mundial Don Félix Ayo, y de…”
Antonio Castejón. puxaeuskadi@gmail.com www.euskalnet.net/laviana/
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